viernes, 5 de septiembre de 2014

No vale la pena sufrir tanto por alguien, give up.

Todos nos podemos enamorar, cosa que es muy normal... Pero echarnos a morir por alguien, bajar nuestro autoestima, llorar y llorar, no ver otras cosas de la vida. No creo que sea lo mejor, definitivamente no le hace bien a nadie, a veces solemos ser muy masoquistas, muy tontos, muy subjetivos. Hay que seguir adelante, lo que sucedió, sucedió por algo, lo importante es levantarse, pensar en grande y preparse para cumplir sueños y metas personales, luego se verá si son conjuntas con alguien, cuando sea algo mas formal. Pero principalmente, aunque suene algo egoísta, cumplir TUS SUEÑOS.

¡He ahí el dilema!

Las lagrimas que derrama mi corazón, entintadas en un color que no tiene nombre pero que expresa el dolor más cruel y desgarrador que pueda existir. ¿Es esta la gran sensación de estar enamorado? Vivir en altos y bajos, sentirte un día el dueño del mundo y al siguiente un poblador resentido, fastidiado de la monotonía. Oh mi dulce amor, ya me siento cansada, pero aún quiero intentarlo, no quiero hablar pero quiero decirlo todo, no quiero ser fastidiosa pero lo soy, así de sencillo.

Una sensación agridulce...

Amar es como caminar bajo la lluvia, chapotear, saltar sobre los charcos... Pero luego, sin darte cuenta, puede darte gripe, puedes hacerte daño sin siquiera pensarlo. Tal vez la lluvia quiera conciliarse contigo y regalarte un arcoiris que te genere una sonrisa o simplemente seguir su camino, sin importarle nada. 

Pero algo es cierto, no hay nada más hermoso como lo es enamorarse por primera vez... Sentir el apoyo de esa persona, su calor, su alegría, las locuras inventadas por ambos, sentir que el reloj se consume las horas a propósito cuando están juntos y aunque a veces se equivoquen, peleen y hasta se hieran un poco (obviamente lo normal, nada excesivo) sigan avanzando juntos y creciendo como personas, siendo felices, con tonterías quizá de adolescentes; porque es a esta edad en la que uno siente el primer amor, que cabe resaltar no es el primer chico que te gusta, sino el primero con el que vas a las nubes, bajas, te golpeas, te curas, sonríes, lloras, te sonrojas, pero sin importar lo duro que sean los momentos siempre por alguna cuestión terminan hablando, estando juntos. Es esa sensación combinada de ternura de bebé y sensualidad de adultos, porque es en este punto intermedio de nuestras vidas en el que queremos ser grandes y soñamos con nuestro primer amor lograr esas metas, tal vez ilusamente juntos por la eternidad... 

viernes, 14 de junio de 2013

Sin pensarlo...

Bueno, primero que todo voy a presentarme... Soy una chica de 16 años amante de la escritura, la lectura, las películas, el teatro y bueno, todo eso. Quiero empezar a escribir sobre el amor, la locura que este encierra dentro de si, lo que logra, lo que realza y lo que derrumba. Muchas veces, sin pensarlo podemos hacer sentir bien a muchas personas... ¿Por qué? Porque el amor es eso que construye, que revive al ser más triste, que hace sentir acogido como un bebé al más anciano de todos. Pero también, hace sentir terrible a las personas que no lo poseen, que observan cómo otros lo obtienen sin pedirlo, sin desearlo tan agravadamente como ellos. Simplemente sin pensarlo, podemos amar y odiar, podemos hacer vivir y hacer morir en vida. Por supuesto, que no todo depende de nosotros, sino de la otra persona, del otro lado del anteojo, del cristal. Pero bien, pongamos un ejemplo: En nuestra niñez, cuando nuestra madre o nuestro padre le daban mucho cariño a un hermano nuestro y a nosotros no nos hacían mucho caso... Sentíamos la pobreza del amor. Y aunque suene tonto e infantil, hay muchas personas grandes, no tan solo adolescentes que sienten esa comentada tristeza, ese recelo, esa falta de amor. Y es así, sin pensarlo... Como hacemos del amor un instrumento de felicidad y de tristeza.